Las fotos recogen algunas imágenes de ese periodismo participativo que acepta la denuncia ciudadana y que interviene y vigila las realizaciones, que en muchos casos exige tiempo y constancia.
*Carabanchel, plaza de Cantoria, un montículo que se convirtió en zona estancial (VII-1975; VII-1976).
*Plaza del Doctor Lozano en Vallecas, antes y después de su arreglo (XII-1973; VI-1975), se mejoró, con posterioridad,al desaparecer la torre de alta tensión.
*Derribo de la torre de alta tensión en la plaza de Lavapiés, lugar castizo de Madrid((VI-VII-1973).
*La farola, publicada en octubre de 1973, sirvió de testimonio a los vecinos cuando, septiembre 1982, el Ayuntamiento propuso edificar sobre el solar de la plaza de Aurora Boreal, antigua Plaza Mayor de Aravaca. La plaza se restauró.
El periodismo participativo entiende la información, también el comentario, como un servicio a la sociedad, adquiriendo un impulso y mensaje especial. Por ello en la información, en la investigación, en la proyección es obligado estar cerca del hombre y sus problemas, de la sociedad y su desarrollo. El hombre como destinatario y fuente de la información adquiere una amplia dimensión al intervenir, al encontrar una interconexión, al participar.
Así he ejercido mi profesión, dentro de un periodismo tradicional con sistemas y medios analógicos, donde la crónica, la investigación y la actualidad se aliaron para llegar a la sociedad y sus problemas, para llegar al hombre inmerso en ella. Al hombre anónimo y ciudadano que participa.
Es el periodismo participativo que definí en mi tesis doctoral en la Complutense hace algunos años, corría aún el pasado siglo, aunque ya había doblado su mitad y caminaba con ilusión hacia esa fecha que nos parecía emblemática del 2000. Corría el año de 1986. Tesisi de la que hice entrega a S. M. Don Juan Carlos I en una audiencia privada. Aunque, a decir verdad, ese periodismo participativo, quiero decir, eso de provocar, insinuar, mediar y apoyar realizaciones de interés común, es la forma de trabajar que tuve, cada día, desde que entré en YA en septiembre 1964. Podía entonces resultar hasta extravagante en una chica, más, venida de provincia, de mi Huelva natal. Ese tipo de periodismo es el que también realicé, aún profana, currinche, en definición de la RAE, a orillas del Tinto y del Odiel.
Y era extravagante, osado, inusual, que subiera con unos ingenieros a las obras de un paso elevado como fue el caso de Cuatro Caminos; que recorriera las alcantarillas con un delegado de servicios del Ayuntamiento; que conociera el tráfico madrileño desde un coche patrulla con la policía municipal; que saliera con la guardia civil a carreteras; que visitara los barrios y los pueblos, guiada unas veces por concejales o alcaldes, otras, por vecinos o técnicos; que hiciera propuestas transferidas por el hombre anónimo o la sociedad comunitaria en las páginas del periódico... Propuestas y peticiones que vigilaba muy de cerca y hasta pidiendo mis derechos de primicia informativa, mientras seguía su curso en la administración o en la empresa privada.
Así he ejercido mi profesión, dentro de un periodismo tradicional con sistemas y medios analógicos, donde la crónica, la investigación y la actualidad se aliaron para llegar a la sociedad y sus problemas, para llegar al hombre inmerso en ella. Al hombre anónimo y ciudadano que participa.
Es el periodismo participativo que definí en mi tesis doctoral en la Complutense hace algunos años, corría aún el pasado siglo, aunque ya había doblado su mitad y caminaba con ilusión hacia esa fecha que nos parecía emblemática del 2000. Corría el año de 1986. Tesisi de la que hice entrega a S. M. Don Juan Carlos I en una audiencia privada. Aunque, a decir verdad, ese periodismo participativo, quiero decir, eso de provocar, insinuar, mediar y apoyar realizaciones de interés común, es la forma de trabajar que tuve, cada día, desde que entré en YA en septiembre 1964. Podía entonces resultar hasta extravagante en una chica, más, venida de provincia, de mi Huelva natal. Ese tipo de periodismo es el que también realicé, aún profana, currinche, en definición de la RAE, a orillas del Tinto y del Odiel.
Y era extravagante, osado, inusual, que subiera con unos ingenieros a las obras de un paso elevado como fue el caso de Cuatro Caminos; que recorriera las alcantarillas con un delegado de servicios del Ayuntamiento; que conociera el tráfico madrileño desde un coche patrulla con la policía municipal; que saliera con la guardia civil a carreteras; que visitara los barrios y los pueblos, guiada unas veces por concejales o alcaldes, otras, por vecinos o técnicos; que hiciera propuestas transferidas por el hombre anónimo o la sociedad comunitaria en las páginas del periódico... Propuestas y peticiones que vigilaba muy de cerca y hasta pidiendo mis derechos de primicia informativa, mientras seguía su curso en la administración o en la empresa privada.
Un periodismo participativo con el que llegué al ámbito político, de la Administración y las Instituciones en la transición y a la configuración del mapa de las Autonomías, teniendo siempre a Madrid como leit motiv.
Así "cayeron" sobre Madrid algunos beneficios de los que me siento profesionalmente orgullosa, como la declaración de Monumento de la Plaza Mayor; el reconocimiento de comarca de acción especial para la sierra pobre; la rectificación del nombre de Palos por el de Palos de la Frontera en los macros de la plaza de Colón, donde también los jardines recibieron el nombre del Descubrimiento propuesto en mi periódico; la restauración y recuperación de la vieja Plaza Mayor de Aravaca; la creación de plazas y jardines, que pedían los madrileños; las obras y reformas de poblados y barriadas; la retirada de columnas de alta tensión que denunciaban los vecinos; la incorporación en las páginas de Madrid de los pueblos de la provincia, sus problemas y sus gentes, con la apertura de la tribuna del público en los ayuntamientos, pueblos ignorados hasta entonces, muchos de ellos transformados ya en grandes ciudades... tantas cosas. Pequeñas mejoras, pequeños o grandes pálpitos ciudadanos que transfería el vecindario.
No pretende este blog una visión retrospectiva sino de futuro porque el periodismo, la información periodística, siempre debe mirar hacia adelante. Reflejo esos recuerdos porque, con los años y con la innovación tecnológica, con la informática, surge el periodismo 3.0, también denominado periodismo participativo, que socializa el periodismo en la red, el periodismo digital, del que se considera pionero a Dewey, por haber sido inspirador del llamado periodismo cívico, definido como periodismo democrático en la segunda década del pasado siglo. Un periodismo participativo que precisa de la intervención del ciudadano, activista de la información. "Tanto en el periodismo cívico como en la versión 3.0, -dice Juan Varela en 'Blogs'- anida la idea de que la información debe servir para actuar sobre la realidad, para enfrentarse a los desafíos y problemas de la vida más allá de la mera información, más allá del conocimiento" .
Así "cayeron" sobre Madrid algunos beneficios de los que me siento profesionalmente orgullosa, como la declaración de Monumento de la Plaza Mayor; el reconocimiento de comarca de acción especial para la sierra pobre; la rectificación del nombre de Palos por el de Palos de la Frontera en los macros de la plaza de Colón, donde también los jardines recibieron el nombre del Descubrimiento propuesto en mi periódico; la restauración y recuperación de la vieja Plaza Mayor de Aravaca; la creación de plazas y jardines, que pedían los madrileños; las obras y reformas de poblados y barriadas; la retirada de columnas de alta tensión que denunciaban los vecinos; la incorporación en las páginas de Madrid de los pueblos de la provincia, sus problemas y sus gentes, con la apertura de la tribuna del público en los ayuntamientos, pueblos ignorados hasta entonces, muchos de ellos transformados ya en grandes ciudades... tantas cosas. Pequeñas mejoras, pequeños o grandes pálpitos ciudadanos que transfería el vecindario.
No pretende este blog una visión retrospectiva sino de futuro porque el periodismo, la información periodística, siempre debe mirar hacia adelante. Reflejo esos recuerdos porque, con los años y con la innovación tecnológica, con la informática, surge el periodismo 3.0, también denominado periodismo participativo, que socializa el periodismo en la red, el periodismo digital, del que se considera pionero a Dewey, por haber sido inspirador del llamado periodismo cívico, definido como periodismo democrático en la segunda década del pasado siglo. Un periodismo participativo que precisa de la intervención del ciudadano, activista de la información. "Tanto en el periodismo cívico como en la versión 3.0, -dice Juan Varela en 'Blogs'- anida la idea de que la información debe servir para actuar sobre la realidad, para enfrentarse a los desafíos y problemas de la vida más allá de la mera información, más allá del conocimiento" .
*Grabado de la Plaza Mayor de Madrid. En un artículo pu blicado en YA, 2 de septiembre de 1981, pide su declaración de monumento histórico artístico. El director general de Patrimonio, Javier Tusell, incoa expediente, BOE, 5 de octubre. Declarada monumento, 20 de febrero de 1985.
En las restantes fotos:
*El Príncipe Juan Carlos conoció in situ las obras de Madrid y mantuvo una charla con los informadores municipales, marzo de 1970.
*Entrevista con la Primera Unidad Femenina de la Policía Municipal de Madrid, abril de 1972.
*El Príncipe Juan Carlos conoció in situ las obras de Madrid y mantuvo una charla con los informadores municipales, marzo de 1970.
*Entrevista con la Primera Unidad Femenina de la Policía Municipal de Madrid, abril de 1972.
*Fiesta vecinal en la Corra de Miguel Servet, verano de 1978, al inicio del expediente para conservar el edificio.
*Los niños también tienen su participación. Reunión, 1984, en la Asamblea de Madrid.
*La visita, a petición de YA a la Sierra Norte con el director general de Planes Provinciales, noviembre de 1981, agilizó el proyecto de Comarca de Acción Especial, que aprueba el Consejo de ministros, febrero de 1982. Reunión con la corporación de un municipio afectado.
*El periodismo participativo llegó a las provincias limítrofes, la Zona Centro. En la fotografía recorrido por la provincia de Toledo con el Presidente de la Diputación, José Finat Busto.
A decir de la blogosfera, término acuñado para definir el mundo de los blogs que surge muy a finales del pasado siglo, al término de la década de los noventa, este periodismo 3.0 aparece porque faltaba la gente en el trasiego informativo, faltaba participación y se busca en el mundo informático, donde la participación, la interconexión es esencial. Un término que tiene su raíz en la palabra logos: "Discurso que da razón a las cosas", según la RAE.
Mi blog no podía tener otro título que el de periodismo participativo aun cuando tengo otro dedicado a algunas de mis publicaciones, "Perricuchi" el "alma" de un perrito de peluche, el primero de ellos; "Madrid, Plaza Universal", el más reciente. Para mí resulta obligado seguir en este blog el periodismo que siempre ejercí y que puedo continuar y desarrollar en el ciberespacio intelectual de la blogosfera.
Mi blog no podía tener otro título que el de periodismo participativo aun cuando tengo otro dedicado a algunas de mis publicaciones, "Perricuchi" el "alma" de un perrito de peluche, el primero de ellos; "Madrid, Plaza Universal", el más reciente. Para mí resulta obligado seguir en este blog el periodismo que siempre ejercí y que puedo continuar y desarrollar en el ciberespacio intelectual de la blogosfera.